Víctor Luque, un fenómeno de la guitarra

Hoy se le rendía en el Teatro Filarmónica de su ciudad natal un merecido homenaje ¡en vida! a uno de nuestros músicos más "sui generis", el genial guitarrista (entre más cosas porque no se puede olvidar el Quinteto de Armónicas "La Praviana" ni su faceta como "explorador del desierto") Víctor Luque (Oviedo, 1938).
Al tratarse de un amigo se me hace difícil ser objetivo, pero no quería dejar de recordarle aquí en este blog tan musical y por supuesto ¡tan personal!.
Como también "muy personal" es Víctor: como ser humano, como enamorado de la vida, como trotamundos, como músico y como "culo inquieto". Musicalmente le conocí en mis años de universitario en aquél Pub (Paddocks) de la calle Marqués de Pidal, enfrente de la parada del bus para el aeropuerto (cuando apenas viajaba nadie), con aquellas escaleras que debías bajarlas sobrio porque tenían peligro, con un ambiente tan peculiar como los músicos, y un piano que aporreé más de una vez, saliendo de mañana por la puerta de emergencia que daba a las carboneras en el sótano del edificio...
De los muchos amigos comunes (no es coincidencia, músicos casi todos) ya se nos han ido algunos, en especial Luis Miguel Álvarez Ruiz de la Peña (otro pedazo de artista al que llamábamos "Maestro"), y con el que compartí muchas horas en el Centro Territorial de RTVE cuando estaba en los bajos del antiguo Carlos Tartiere, un curso de dirección coral de FECORA en Covadonga (aunque a lo que íbamos era a seguir entre música), alguna que otra jam-session e incluso ambientando "La aldea maldita" de Florián Rey en versión muda -no por viejos sino por el homenaje al cine que se celebró aquél año-, haciendo un dúo violín-piano que tengo grabado en lo profundo del alma.
Más cercano en el tiempo (16 de septiembre de 2007) se nos fué otro gran amigo y tunante, Luis Cueva, al que sentí como un hermano, y con el que a punto estuve de compartir la última grabación (verano de 2005) de Víctor Luque nada menos que con "Los Virtuosos de Moscú", donde Luisín está "enorme", y cuyo título parece dedicado a mí (ojo que no lo está): "... cincuenta años no es nada", un doble CD más libro editado por FonoAstur (ahí anda metido mi Juan Taboada y Lisardo Lombardía) para conmemorar los "125 años de CajAstur", todo un tributo a la música iberoamericana con una "vestimenta sinfónica" dirigida por Joaquín Valdeón y donde participó de ingeniero de sonido otro amigo común, René de Coupaud Villarubia (otro musicazo y todo un personaje del que tendré que contar alguna cosa, aunque son tantas...). La foto de abajo es la que aparece en LNE:
Víctor Luque, en De todo un poco
Como no podía asistir al concierto (donde compartirá escenario con Alexei Tsyganov al violín y Alexei Gorbenko al contrabajo, músicos de "sus Virtuosos" y de la Oviedo Filarmonía, aunque sé que es otra la formación que le encanta, y en el mismo sitio, donde seguramente recordó a los mismos que faltaban) ni tampoco a la posterior cena con muchos amigos comunes en el Hotel España, al menos quede este cariñoso tributo desde el blog y escuchar el doble CD que no tiene desperdicio (y todo "pergeñado" por este "animal de las 6 cuerdas").
Lo mejor de todo es que sigue igual y creo que se vuelve a "escapar" para Berlín. No es mal sitio.
Aunque larga, merece la pena ver esta entrevista que le hizo Carlos Novoa:


P.D. 1: Acaba de llegarme el siguiente "avance" del homenaje: "Estuvo muy bien. Además de por lo musical, porque parecía una reunión de amigos. Lástima que Victor estaba con un catarro imposible y con la voz ronca. Una pena". Gracias Nuria.
P.D. 2: Noticia en LNE del 20 de mayo.

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