Exquisito concierto francés con acento alemán

Domingo 25 de octubre, 20:00 horas. "Los Conciertos del Auditorio", Auditorio de Oviedo. Orquesta Sinfónica MDR Radio Leipzig (también Leipzig Radio Symphony Orchestra o MDR Sinfonie Orchester). Gautier Capuçon, violonchelo; Jun Märkl, director. Obras de Debussy, Saint-Säens y Berlioz.
Un programa completamente francés (incluyendo al cellista) con un director alemán de origen japonés pero universal en su carrera, medio francés por su segunda orquesta en Lyon y esta vez con su "otra" orquesta alemana, hizo las delicias del respetable en esta tarde dominical.
La velada arrancó con las "Fanfarrias y fragmentos de El martirio de San Sebastián" de Debussy, con la orquesta en pleno y una dirección aparentemente sencilla por lo clara y precisa, con algún desajuste inicial en los metales y percusión que fue corrigiéndose a lo largo de los números elegidos entre las dos fanfarrias, por cierto y como el resto del programa, excelentemente comentado por mi querido Aurelio M. Seco: La corte de las Azucenas, Baile extático y final del primer acto, La Pasión y El Buen Pastor. Una cuerda asombrosa de afinación y timbre que "arrastra" al resto de secciones en una lectura auténticamente sinfónica a cargo del maestro Märkl.
El concierto continuó su línea ascendente con el gran cellista francés Gautier Capuçon, esta vez con su "Matteo Gofriller" de 1701, de lo que escribe Pablo Gallego en LNE de hoy. La obra elegida fue el Concierto nº 1 para violonchelo y orquesta en La menor, Op. 33 de Saint-Säens, auténtica obra maestra del repertorio para este instrumento que además sonó como sólo una joya en manos expertas puede hacerlo. Añadamos una dirección preocupada de cada detalle y entrada, de los rubati del solista perfectamente acompañados por una orquesta precisa y atenta a cada gesto desde el podio, y tendremos una interpretación auténticamente asombrosa, como la propina que nos regaló, donde el cello inundó la sala con un sonido indescriptible.
Todo un lujo contar con este solista (que es tan bueno o más que y con su hermano Renaud), este concierto con esta orquesta y una batuta que siempre supo cómo sacar todo lo que la partitura esconde.
Pero la segunda parte era esperada por todos y en especial por mí, tras haber estado escuchándola ayer mismo por Dudamel con dos orquestas unidas: la Bolívar y la de Radio Francia, hoy precisamente con la primera orquesta de radio europea también de gira y llegada de Zaragoza: la Sinfonía Fantástica, op. 14 de Berlioz. Una piedra de toque para cualquier gran orquesta que se precie y todo director que pueda con ella. Así resultó, el maestro Märkl volvió a dar una lección magistral ¡y de memoria!, cuidando todos y cada uno de los detalles de los cinco números de este muestrario de la orquestación y la interpretación: amplia dinámica con unos pp impecables, tiempos justos en cada movimiento con los rubati de reminiscencia más vienesa que francesa en El baile, equilibrio sonoro pese a la gran masa desplegada, con unos primeros atriles a cual mejor, y colocando oboe o campanas fuera de escena siempre buscando los planos exactos sin excesos en "los bronces" que sonaron cual órgano. Y qué decir de la calidad global: hacía tiempo que no escuchaba en vivo una "Fantástica" donde se escuchó cada una de las secciones a la perfección, cada una en primer plano cuando le correspondía pero sin perder esa "marca de la casa" de las orquestas alemanas cuando el director conoce cada recoveco de la partitura y controla cada pentagrama. Era impresionante verle dar todas y cada una de las entradas con precisión y sencillez, "sin despeinarse" pero imprimiendo e imponiendo "su caracter", su visión, a fin de cuentas su lectura, incluso en ese dúo corno inglés-oboe, que mimó hasta el mínimo detalle. Realmente y como escribía nada más salir del concierto, "Fantástica fantástica".
Pero una orquesta y de mi añorado Leipzig no podía marcharse "tan gabacha" (sin sentido despectivo) y qué mejor propina, como así la presentó en un correctísimo español este mahleriano maestro Jun, que Wagner y el Preludio del acto tercero de su Lohengrin, finalizando justo en la entrada del "Treulich geführt" -la archiconocida y a veces manida Marcha Nupcial- que puso la guinda a este exquisito concierto francés con acento alemán.
El listón de este arranque de temporada lo han puesto tan alto y no creo que lo salte ni Yelena Isinbayeva, quien ha hecho furor esta semana en nuestra tierra.
P.D.: Breve comentario de Pablo Gallego en LNE del lunes 26, y crítica que comparto plenamente de Ramón G. Avello en El Comercio digital del martes 27. Por su parte Aurelio M. Seco en LVA deja una comparación curiosa de Capuçon y Quiroga. El martes 27 es Joaquín Valdeón en LNE quien realiza una completísima y fundamentada crítica.

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