Cantera lírica

Este viernes 2 de julio pude asistir desde las 20:00 horas al recital final del curso organizado por la Escuela de canto y piano acompañante "Haragei" de mis queridos Elena Pérez-Herrero y Manuel Burgueras, donde se vuelve a confirmar no solamente la maestría y buen hacer de estos profesores de lujo sino el nivel de un alumnado que hizo disfrutar al público de la Casa de Cultura "Teodoro Cuesta" de Mieres que eligió de nuevo la música antes que el fútbol.
No quiero dejarme a ninguna de esas voces ni tampoco las obras trabajadas, siendo consciente que era, como bien aclaró la profesora, un concierto pedagógico donde cantar en público es parte de una formación que no acaba nunca, y los niveles distintos según tipología y cualidades de unas voces que estoy seguro darán muchas satisfacciones si continúan en el camino correcto en el que ahora están. El programa resultó variado y el alumnado lo dió todo.
Comenzó el joven (sólo 17 años) Ignacio Vallina quien nos dejó la Musica prohibita de Stanislao Gastaldón y Per la gloria d'adorarvi de Bononcini, dos obras muy distintas en todo pero que solventó con tranquilidad, siendo una voz que habrá que trabajar pero que ya despunta maneras.
Continuó María González Alfaro con Porgi amor, de "Las bodas de Fígaro" (Mozart), un rol de Condesa que le va como un guante a su color de voz, aunque el de Salzburgo está siempre recomendado para el estudio y no digamos el repertorio base de todo lírico que se precie.
Y de la misma ópera tomaron el relevo Ana Peinado y Azucena Bedia (arriba en la foto) para cantar Sull'Aria, el dúo de Susana y Condesa, perfectas e impresionante el difícil empaste logrado sin problemas.
La primera sorpresa me la llevé con Patricia Rodríguez Rico (en la foto superior) quien nos dejó un Caro Nome de "Rigoletto" (Verdi), una Gilda que pese a la dificultad y agilidades del aria pudo interpretar con mucho poderío, de proyección más que suficiente, en cuanto logre una mejor dinámica estoy seguro que la encontraremos pronto en los repartos líricos.
Más camerística resultó Elisabeth Expósito cantando dos de las canciones de J. Rodrigo, disfrutando con De los álamos vengo, madre, en la que se notó la buena comunión con ese lujo de pianista en obras que requieren dicción, afinación, introspección y todo lo que se quiera añadir, conseguido plenamente (en la foto con Burgueras).
Volvió la ferrolana Patricia Rodríguez Rico esta vez como "Lucía di Lammermoor" (Donizetti) en ese aria tan dura que de nuevo solventó sin problemas y con un aplomo que para sí quisieran muchas divas. De nuevo la orquesta desde el piano del maestro Burgueras ayudó a disfrutar con una de mis óperas de cabecera (de hecho casi colecciono versiones).
Continuó Azucena Bedia (foto superior) y la Noche hermosa de "Katiuska" (P. Sorozábal), y prosiguió la zarzuela de mi tocayo en el escenario con María González Alfaro (foto inferior) con la romanza de La del manojo de rosas recordando que nuestro género lírico no tiene nada que envidiar a la ópera cuando está bien cantada, poniendo broche español a esta gala, recital o concierto pedagógico que fue continuación del celebrado el día anterior en Moreda.Tengo que felicitar tanto a estos alumnos como a los profesores, conocedor de la tarea que Elena Pérez-Herrero como maestra de canto tiene (los resultados siempre llegan con el trabajo) independientemente de dónde trabaje, y el enorme papel de los llamados "pianistas acompañantes" (simplemente pianistas) entre los que Manuel Burgueras ocupa lugar de honor y todo un lujo poder contar con él (también está formando a nuevos intérpretes en este papel más ingrato de lo que muchos piensan).
Espero el próximo curso que arranca muy pronto en Felechosa, pues la categoría del claustro está trayendo de toda España hasta este rincón del vecino Concejo de Aller (otra forma de "hacer patria" y publicidad) las voces que aparecerán en muchos programas antes de lo que creemos, incluso algunos que ya están dando sus primeros pasos.

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