Zarzuela solidaria en Mieres

Viernes 27 de mayo, 20:00 horas. Auditorio "Teodoro Cuesta", Mieres. Todo Zarzuela, Concierto favor del Club Solidario (Brasil). Alumnado de la Escuela de Canto y Piano Acompañante "Haragei", y del Colegio Santo Domingo de Guzmán de Mieres. Entrada donativo: 8 €.
Música y solidaridad van muchas veces de la mano cual sinónimos del espíritu humano. Subirse a un escenario para ayudar a los demás es compartir esperanzas. La Zarzuela, nuestro patrimonio lírico más internacional, volvía a Mieres en versión concierto para un público de edad madura que la disfruta porque la conoce como los jóvenes "Los 40 principales". Los cantantes, alumnado aventajado, e incluso profesional, de Elena Herrero (alma mater de estos conciertos solidarios), con el piano de Manuel Burgueras, siempre un lujo de acompañante, hoy casi protagonista por el volumen y dificultad de las partituras, y más en este repertorio que domina como nadie (no hay que olvidar su trabajo con Montserrat Caballé), fueron desgranando algunas de las romanzas más conocidas del mal llamado "género chico" frente a otras que nada tienen que envidiar a durísimas arias de ópera.
La música de mi tocayo Pablo Sorozábal abrió recital por partida doble, "Noche hermosa" (Katiuska) por Elisabeth Expósito, y "Recuerdas aquella tarde" (Adiós a la Bohemia) por María González Alfaro, dos sopranos de color vocal muy distinto pero igualmente bellas. Continuaron Gloria Díaz Morán con "Qué te importa que no venga" (Los Claveles) del maestro Serrano, mezzo rotunda de largo recorrido, timbre y sentimiento apropiadísimo para esta romanza, más Ana Peinado con la "Canción de Paloma" (El Barberillo de Lavapiés) de Barbieri,  ágil y con salero castizo. El tenor Faustino San Timoteo ofreció una versión contenida y casi íntima del "Paxarín tú que vuelas" (La pícara molinera) de Pablo Luna, diría que recreación personal porque Alfredo Kraus sólo hubo uno.
La ferrolana, afincada en Oviedo, Patricia Rodríguez Rico cerró esta primera parte con "La pena me hace llorar" (El Huésped del Sevillano) de Guerrero, con poderío y gusto pese a estar saliendo de un fuerte proceso gripal, pero siempre dándolo todo sobre el escenario sin excesos canoros para la galería. Los pequeños del Colegio "de las Monjas" se marcaron una simpática coreografía del conocidísimo pasodoble Los Nardos ("Por la calle de Alcalá") de Las Leandras (F. Alonso) que popularizase Celia Gámez, arrancando sonrisas y muchos aplausos antes de la pausa necesaria (en especial para los fumadores).
 
La segunda parte se abrió con otro "doblete" Sorozábal (¡qué gran compositor!) con "En un país de fábula", la "Canción de Marola" (La tabernera del puerto) excelentemente interpretada por Elisabeth, con una limpieza y lirismo en las agilidades digna de encomio, siguiendo "No corté más que una rosa" (La del manojo de rosas) por Patricia la ferrolá, emotividad y buen gusto en esta bellísima romanza de Ascensión, aún más con el acompañamiento lleno de musicalidad del maestro Burgueras.
Una gala de zarzuela tiene que programar a Chapí y de él escuchamos por Ana Peinado "Mi tío se figura" (El rey que rabió), bien fraseado e interiorizado faltándole un poco más de empuje, para proseguir con uno de los dúos más románticos, el "Cállate corazón" de Javier y Luisa Fernanda (Moreno Torroba) por María y Faustino, bien afinados y empastados, antes de los dos últimos números: de El huésped del sevillano (que empató en el ranking del concierto con Luisa Fernanda) "Cuando el grave sonar de la campana" interpretado por Patricia R. Rico desde un registro casi dramático en el amplio sentido de la palabra, solventado con profesionalidad además de acierto, y el jovencísimo tenor Ignacio Vallina que con un coro "ad hoc" de sus compañeros y profesora, cantó El soldadito, conocida como la "Canción del soldado" o incluso "El saboyano" de Luisa Fernandatarareada más que susurrada por todos los asistentes, volviendo a demostrar el potencial que atesora y lo bien enfocado del repertorio desde un estudio serio dirigido con maestría por Elena Pérez-Herrero.
Nuevamente el baile con música en play-back que me recordaba los tiempos de "Escala en Hi-Fi" de los pequeños trajeron humor, alegría, desparpajo y casticismo a raudales con La verbena de la Paloma (Bretón) donde el numeroso público solidario cantó con ellos los "ná-na" de las seguidillas "Por ser la Virgen de la Paloma" levantándonos para aplaudir una tarde de zarzuela ¡y solidaridad!.
Gracias a los numerosos colaboradores de la gala y en especial a mi querida Elena por seguir en su línea.
Y como coda, volver a sentir pena por haberme perdido el Concierto Didáctico de la OSPA "Una excursión fantástica" esta mañana de viernes en el mismo marco de la gala de zarzuela solidaria, dirigiendo Daniel Sánchez Velasco, con la narración de John Falcone, más el penúltimo concierto del XXII Festival Cajastur de Órgano, a la misma hora que la zarzuela, en la Iglesia de S. Francisco de Asís de Oviedo con la maña Saskia Roures Navarro en un programa prometedor con Bovet-Bach-Liszt-Bach... Al menos espero escucharlo el domingo en Gijón...

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