Con batuta, sin batuta... y Pablo González

Sábado 21 de enero, 19:00 horas. L'Auditori, Barcelona, Sala 1 Pau Casals: "Beethoven versus Brahms 1". Orquesta Simfónica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), director: Pablo González.
Primera visita a esta joya arquitectónica de Rafael Moneo, tan poco impactante en el exterior pero con una sala principal de acústica impresionante -Higini Arau- para disfrutar en directo de una formación que ha fichado al asturiano Pablo González como titular y en esta su segunda temporada está logrando con la orquesta entusiasmar a un público fiel incluso por la radio.
Si la anterior entrada se refería nada menos que a Temirkánov, comentando cómo mimaba incluso la disposición orquestal y dirigía sin batuta, la Sinfonía nº 1 en Do M., Op. 21, "La Primera de Beethoven" del sábado barcelonés fue parecida en casi todo, hasta la colocación idéntica, a la del ruso en Oviedo incluso empleando timbales "timpani" clásicos (sin pedal) para una sinfonía muy deudora del mejor Haydn, su maestro, pero ya marcada con el sello del genio de Bonn. El director ovetense mimó sonoridades y tiempos, dibujando claramente los temas desde el Adagio molto. Allegro con brio iniciales, de contraste agógico claro así como los planos sonoros que la disposición elegida proporcionaba, vienesa a más no poder, logrando momentos de complicidad con sus músicos que, sin ser excepcionales en conjunto al menos fueron disciplinados para lograr un resultado aseado que dirían los críticos. El Andante cantabile con moto acertado con el tiempo para poder escucharse y escucharles, más especialmente brillantes los dos últimos movimientos, el Menuetto: Allegro molto e vivace en auténtico avance temperamental sin excesos, "masticado" pero brillante, y sobre todo el Finale: Adagio. Allegro molto e vivace, auténticamente preparatorio para afrontar la llamada por muchos "Décima de Beethoven" que es la Sinfonía nº 1 en do menor, Op. 68 de Brahms, romanticismo puro y contraposición modal de mayor a menor aunque inversa en tensiones y genio.
La orquesta se recolocaba de nuevo, como nuestra OSPA (permutando violas y cellos), y los timbales modernos -con pedal- presidían el centro atrás en lo alto, otro detalle antes de comenzar la segunda parte. Al ver salir al maestro González Bernardo con batuta realmente me sorprendió, rompiendo la clasificación que había hecho con Temirkánov, pero Un poco sostenuto. Allegro exigía blandir un estilete afilado para pinchar en el amor propio a unos músicos algo sosos en Beethoven. Aquello funcionó desde el primer compás a la perfección, retenido antes del cambio de tempo, y el Andante sostenuto devolvió el gesto manual al que nos tiene acostumbrados, ambiente religioso y cuerdas más empastadas, claro que quedaba aún lo mejor. Desde Un poco Allegretto e grazioso ya vislumbramos una orquesta entregada y obediente a cada entrada, cada matiz, derroche de planos sonoros y cada sección en su punto, las maderas bien ensambladas, destacando momentos del metal realmente redondos en ese ambiente organístico del de Hamburgo, evocándome referencias de Dvorak, Bruckner y sobre todo del Mahler que tanto adoramos los tocayos (en el programa de mano hay una breve entrevista a Pablo donde responde a si Brahms es el verdadero "héroe" sinfónico de Beethoven, respondiendo que "la libertad expresiva que rompe fronteras formales llegará a la máxima expresión con las obras de Gustav Mahler"). El derroche y poderío llegaría con ese último movimiento espectacular, romántico contenido por momentos y auténtica maravilla orquestal que evoluciona lentamente hasta el clímax: Adagio. Piú andante. Allegro non troppo, ma con brio, así fue poco a poco ganándonos, devolviendo manos y batuta sin más problemas, interpretación magistral de un Pablo González que estoy convencido llevará a la OBC a cotas más altas porque su claridad de ideas y la facilidad con que las transmite hace crecer a unos músicos jóvenes pero ya maduros que camiman todos en la misma dirección.
La agenda para el semestre la tengo apretada y el "segundo asalto BvsB" será el sábado 10 de marzo, pero el día 9 mi admirado Eldar Nebolsin estará en Oviedo con la OSPA y no creo que llegue  tiempo a Barcelona... Pero no digo nada pero siempre me quedará Radio Clásica o Catalunya Música, aunque tras lo vivido en Barcelona sé que nunca será igual.

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